Henry J. Perez

Único y original

Viviendo en mi pasado

Los primeros 22 años de mi vida no logré nada. Sentía que tenía inmenso potencial, mas nunca alcancé las expectativas que yo y los demás teníamos puestas en mí. Jamás me imaginé que mi vida terminaría siendo un fracaso. Es por ello que solía, y todavía lo hago, imaginar cómo las cosas hubieran sido diferentes, quizás buscando algún sentido donde no había.

Me gusta creer que no soy el único que lo hace, aunque seguramente todos tenemos diferentes razones: hay quienes quieren revivir sus días de gloria y otros que son atormentados por su pasado, sus acciones, las acciones de otros o solamente el curso del destino.

Ante esto, ¿qué se supone que debemos hacer si nuestro pasado es mucho mejor que nuestra situación actual? ¿Acaso es válido lamentarse por lo que alguna vez fue y ahora nunca volverá a ser? O ¿qué sucede si nuestro pasado es, en muchos aspectos, una fuente de dolor? ¿Deberíamos rechazar esa parte de nosotros?

Después de todo, ¿por qué no?

Es decir, no siempre es tan fácil dejar el pasado atrás y “vivir en el momento”. Hay algunas cosas que son difíciles de aceptar y no podemos ignorar su presencia en nuestros pensamientos. A veces, solo estamos en busca de alguna solución, aunque nuestras mentes son limitadas y lo más probable es que eso que buscamos esté allá afuera en algún lugar del mundo; quizás, muy lejos de nuestro pasado.

Es por ello que no debemos ser tan duros con nosotros mismos. En nuestra defensa, no buscamos desperdiciar nuestras vidas, en ocasiones, el presente es simplemente abrumador. Hay momentos donde todo el significado de nuestras vidas fue dejado atrás, ¿y sabes qué? No es solo el significado ni los recuerdos; también lo son las posibilidades, las respuestas, el cómo las cosas hubieran sido distintas; lo es todo.

Bueno, quizás no todo…

Si pasamos mucho tiempo en nuestros recuerdos, eventualmente, será lo único que vamos a tener. Solo porque algo sucedió no significa que se vuelva a repetir. No siempre la experiencia que adquirimos nos va a ser útil. Muchas veces tenemos que desafiar lo que conocemos, incluido nuestro pasado, e ignorar las “enseñanzas” que los demás intentan poner en nuestro camino.

Si bien es arriesgado no hacer caso a las enseñanzas del pasado, también lo es ignorar nuestro presente. No podemos dejar a un lado todo lo que nos rodea sin esperar que haya consecuencias. Por muy bueno o malo que haya sido nuestro pasado, debemos reconocer, y esto es algo que a mí me cuesta entender, que no vale la pena sacrificar nuestro presente por nuestro pasado.

Entonces, ¿solo tenemos que “continuar”?

Continuar no significa olvidar; algunas cosas no deberían ser olvidadas. Nuestras experiencias, buenas o malas, ayudaron a moldear la persona que somos hoy en día. Podemos aprender de nuestros errores, disfrutar de nuestras victorias y sobreponernos a las dificultades que la vida impuso en nosotros. El pasado puede darnos algún tipo de explicación de cómo llegamos a donde estamos hoy en día y ayudarnos a entender qué acciones podríamos tomar en nuestra circunstancia actual.

Sin embargo, somos nosotros quienes podemos (y debemos) decidir qué hacer, no nuestro pasado ni el de los demás. Y claro, sin importar lo que hagamos, nuestro pasado siempre va a estar ahí, pero tal vez, solo tal vez, no necesitamos torturarnos por eso. Quizás, lo mejor que podemos hacer es reconocerlo y vivir con las consecuencias de haber pasado por ello.

Mi mensaje final para ti sería: sé fuerte y continúa. Tú puedes, incluso si al principio no lo haces perfecto. Tú puedes, no importa lo que digan los demás. Confía en ti y construye tu propio camino.